Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,1-23):
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»
Reflexión:
Es interesante primero ver la actitud de Cristo en el Evangelio, según como nos lo presente San Mateo. Primero se sentó en el Lago, para hablar cercano a las personas y luego, se subió a una barca, se sentó (otra vez) y comenzó a hablarles a multitudes. Jesús siempre tiene la intención de dirigirse a ti, incluso cuando hay demasiada gente. Él está interesado en que escuches su Palabra, por eso como buen maestro, prepara las condiciones óptimas para escuchar. Me gustaría preguntarte: ¿Qué esperas Escuchar de Jesucristo? ¿Qué tanta importancia tiene su Palabra para ti?
La mente es nuestra principal enemiga en esto de escuchar la Palabra de Dios. Santa Teresa de Jesús decía que la mente “es la loca de la casa”. Esto causa un poco de gracia pero es la mera verdad. ¿A quién no le ha llegado un pensamiento “LOCO” en medio de una oración?
Es verdad, la mente a veces se comporta como una loca. También Santa Teresa de Ávila decía que la mente era como una mariposa. Que revolotea de pensamiento en pensamiento y que nunca esta quieta. Entonces, al Cristo montarse en la barca, lo primero que quiere decirnos es ¡HEY! ¡ESTÁ ATENTO, QUE TE VOY A HABLAR!
Nos cuenta entonces que les habló “por mucho rato”. Y esto es algo bello, hermoso, Dios quiere Pasar mucho tiempo contigo. De hecho, quiere que pases la eternidad con Él. Él además sabe, que mientras más le escuches, más crece la Fe, porque la Fe viene por el Oír y el oír la Palabra de Dios.
Y ahora viene lo interesante de la Lectura. El Sembrador sale a Sembrar, y al sembrar, un poco cae en el borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Aquí vemos como hay personas o situaciones en nuestra vida, que sencillamente no pueden resistirse a comerte la vida. La Palabra de Dios es esa semilla, y hay pájaros en tu vida que se la comen. ¿Amistades? ¿La novia, el novio? ¿El Dinero, la televisión, el trabajo? Es necesario que respondas, que o quien, te quita la Palabra de Dios. ¡Deshazte de ellos!
Sigue diciendo la Palabra de Dios, que otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra y el Sol la tostó y por no tener raíz se secó. Veámoslo de otro modo y digamos que la semilla somos nosotros. Las piedras y el Sol inclemente son sinónimos de las dificultades, de los problemas. Muchas veces en nuestra vida, podemos ver como ver como ésta se seca, por causa de los problemas. ¿Te pasa a ti? A mí me ha pasado muchas veces. Los problemas parecen tan grandes como el sol y se portan tan inclementes contigo, que te puedes tostar. ¿Estás desempleado? ¿Te quedaste sin Casa? ¿No tienes qué llevarles de comer a tus hijos? ¿No tuviste Padres? ¿Tu mamá es una gruñona? ¿Perdiste a un ser querido? ¿Te sientes Solo?… Ah, pero también está la Zarza. Es la que se parece espiga, que parece que puede ayudarte a crecer, pero que cuando tiene la oportunidad… ZAS! Te hunde, te asfixia y al final te mata. ¿Te suena familiar? LA TRAICIÓN. Quien no haya vivido todavía la traición, aún le falta caminar en esta vida. Pero para los que la han vivido, se cómo te sientes… Yo también la he vivido. Jesucristo también la vivió. Todas las personas que Él sanó, todas las personas a las que les dio de comer, sus amigos más íntimos ¿Dónde estaban al final, en la Cruz? Jesucristo sabe muy bien lo que es la traición. Él te puede entender perfectamente. ¿Problemas muy Grandes?
Aquí la clave está, mis queridos hermanos, para soportar todo este lio, es el echar raíces. Y ¿Cómo hechas raíces? Teniendo la Tierra preparada. Y lo primero que debes hacer para preparar tu tierra es creer que Dios TE AMA. Y que ÉL ES MÁS GRANDE QUE CUALQUIER PROBLEMA. Prepara la tierra de tu vida para que pueda crecer Dios en ti. Límpiala de pecado. El pecado es lo que no te deja experimentar su Amor, arrepiéntete de tus pecados y pídele perdón a Dios de corazón. Ve al sacramento de la Confesión y te aseguro que comenzará un cambio en tu vida.
Recuerda que el momento más oscuro de la noche, está justo antes del amanecer. Cofia en el Señor, ten fe en su Palabra y espera a que tu vida, comience a brillar como la luz de la Aurora.
Dios te bendiga!