Los misioneros siempre tenemos la oportunidad de ver, tocar y escuchar, en el sufrimiento de los más pobres y necesitados de la sociedad, como dice el Papa Francisco “la carne sufriente de Cristo” (cita). Porque a eso nos urge el Evangelio y nuestra Madre la Iglesia; a ser el paño de lágrimas del que llora, ser la silla de ruedas del invalido, y ser la voz de los sin voz. Precisamente de eso quiero hablar, en estas letras que me urge mi conciencia expresar.
Los últimos meses he tenido la Gracia de Dios de poder compartir junto a mi comunidad, el estar repartiendo comidas en el crematorio de la ciudad (Calabozo, Edo. Guárico) y en el hospital “Dr. Rafael Urdaneta Delgado”. A parte de sentirme enormemente bendecido por Dios, y de tener la oportunidad de bendecir en su Nombre, me duele en el corazón la situación tan deplorable e inhumana que viven niños, jóvenes, ancianos y personas de etnias indígenas de la zona. Condiciones de abandono y despreocupación por parte del gobierno municipal, regional y nacional.
He tenido la oportunidad de estar en muchos municipios de mi país como misionero, y la realidad es la misma: DESIDIA gubernamental. Sencillamente no les importa ni siquiera cumplir con las necesidades básicas de nuestros conciudadanos más abatidos por estos 18 años, en los que evidentemente el “progreso” ha sido en decrescendo de la calidad de vida de todos los venezolanos.
¡Ya Basta! Ya basta de tanta maldad, de corrupción y de indolencia. ¡Ya basta!
No podemos acostumbrarnos a las dadivas de un gobierno que prefiere darle a su pueblo una bolsa de “comida” (Mal balanceada, por cierto), a buscar que sus ciudadanos sean cada vez más independientes de cualquier institución, persona o de quien sea. La independencia que celebramos hace unos días, y que celebraremos pronto una vez más, la tenemos que construir con esfuerzo, trabajo y dedicación TODOS LOS DÍAS.
No, no me da la gana de vivir en miseria y de ver a otros vivir en miseria. No, Me niego rotundamente al acomodo miserable que hace su mirada esquiva ante el dolor y sufrimiento del otro. ¡No! Me rehúso a tener que vivir en la zozobra y la lotería del crimen, del hampa que gobierna en las calles y hace de las suyas producto de una impunidad descontrolada y una corrupción de los cuerpos de seguridad del Estado. ¡No, no y No!
Por eso mañana Voto Sí. Por un sistema de seguridad que garantice la vida, la paz y la justicia. Sí, por un sistema económico pujante y libre de tropiezos gubernamentales que pueda hacer crecer a nuestro país como una potencia mundial. Sí, porque quiero LIBERTAD y ver a todos mis seres queridos que han tenido que irse del país, volver para construir la Venezuela que todos queremos.
MAÑANA TODO EL MUNDO A VOTAR! #TRIPLESI #SISISI